Los toldos no requieren de cuidados especiales ya que a día de hoy los materiales que se usan para fabricarlos, tanto tejidos como estructura, son muy resistentes y se les aplica tratamientos específicos para evitar la corrosión y el deterioro.

Con todo, no podemos olvidarnos de que, si queremos que nos duren el mayor tiempo posible, los toldos necesitan una mínima atención. La lona es el elemento que más sufre ante las inclemencias del tiempo, por eso es importante recogerlo en los días de fuerte viento, para que no se produzca el llamado “efecto vela”, así como en días de lluvia.

Al instalar el toldo podemos plantearnos incorporar un pequeño techo o un cajón, para protegerlo de condiciones climáticas adversas cuando esté recogido.

Si en un día de lluvia no hemos podido recoger el toldo a tiempo es bueno que, cuando deje de llover, lo mantengamos extendido hasta que seque del todo, para que la humedad no perjudique la tela y no se forme moho.

Otros enemigos del tejido son los excrementos de aves e insectos  y las hojas secas, el punto de partida para infestación de microbios o atenuación de su recubrimiento. Por este motivo, es necesario limpiarlo cuanto antes. Para ello basta realizar movimientos circulares, suaves, con un cepillo mojado en agua templada. No se deben usar detergentes ni productos de limpieza demasiado agresivos, para cuidar la capa de protección de la tela.  Si no llegamos a la suciedad, otra solución es aspirarlo con el aspirador.

Si  algún obstáculo impide el correcto uso de la apertura y cierre del toldo, no se debe forzar.  Es necesario acudir a un profesional especializado que identifique y solucione el problema antes de hacerlo más grave.

Es aconsejable realizar revisiones periódicas del toldo. Puede ponerse en contacto con Toldos Ibérica para consultarnos cualquier problema o realizar un mantenimiento del toldo preventivo. Tenemos un amplio stock de Toldos en Pontevedra.